Aleluia de Händel ( Ein Teil )
LUMEN GENTIUM
Siempre fue mejor, mas útil y más provechosa la luz que la obscuridad
y las tinieblas.
Para ver y aclarar las cosas siempre se necesita la luz y el sol porque
hay mucha penumbra, noche, obscuridad, sombra, misterio y todo el
alumbramiento es poco.
Para esta noche hay muchas clases y ofertas de luz, llama y fulgor,
pero todas dejan siempre la misma penumbra y sombra.
Hay una luz y antorcha que ilumina más que el sol y en la que
nunca se podrán obscuridades. Solamente alguien y uno puede hablar
así: “Yo soy la luz del mundo, el que me sigue nunca caminará en tinieblas
y tendrán la luz de la vida…”.
La única antorcha y llama que ilumina todos los caminos y arde
sin apagarse.
El Concilio Vaticano como todos los concilios anteriores se siente
con la obligación y deber ante el mundo de ser tea encendida, antorcha,
sol, luz, lámpara y por eso las primeras palabras y documentos que
elabora el Concilio son: Lumen gentium… porque intenta iluminar,
aclarar, precisar, gritar al género humano sobre la realidad del —misterio
de la Iglesia—.
Todo misterio exige intentos y contatos de desvelo, de descifrar, de
luz y de un poco de aclaración porque tal realidad importa sobremanera
a toda la humanidad ahora y siempre.
Una de las cosas más bellas e interesantes que ha regalado el Concilio
es afirmar: “La Iglesia es en Cristo como un sacramento o señal e instrumento
de la íntima unión con Dios y de la unidad de todo el género humano…” Esta
concisa y precisa definición sobre la naturaleza y misión universal de la
Iglesia exige un Concilio y todos los aclaratorios documentos que ha
elaborado.
Sin embargo siguen las sombras y penumbras desde la Iglesia que
es el “único misterio y sacramento” que puede unir al hombre con Dios
y también el “Único instrumento” de la plena y definitiva unida del
género humano más allá de las íntimas relaciones y soluciones raciales,
técnicas y culturales.
Evidentemente siempre es mejor encender una cerilla que ilumine
un poco este mundo —lumen gentium— que quejarse o despotricar
contra las tinieblas.
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