martes, 17 de diciembre de 2019

DECANOMIA - 139 .: VIDA MATRIMONIAL

                            O  quam  glorifica   de  Bosio

VIDA MATRIMONIAL

Se habla mucho hoy de las rupturas y fracasos matrimoniales y
mientras tanto se están sufriendo desgraciadamente en la sociedad las
penosas consecuencias. Sin embargo se habla poco o nada del amor y de la comprensión que desempeñan un papel tan importante en la vida matrimonial.

Dentro y fuera del matrimonio es peligroso y gravísimo el orgullo y la
soberbia, el remedio siempre es la humildad y reconocer los errores que
surjan en ambas partes. Lasdificultades conyugales son menos graves de lo
que parecen y pueden superarse con un poco de buena voluntad. Muchos
matrimonios después de los primeros años de casados felices, ahora son
unos desgraciados viviendo en discordia, exasperados y furiosos.

Ahora que aparecen los defectos en el hombre y en la mujer es
necesario “domesticarlos” y convivir con ellos comprendiendo y
luchando. Las moscas no se cazan con vinagre. No podemos estar
siempre fijando la atención en los defectos y echándolos en cara, hay
que ver las buenas cualidades que se veían en el noviazgo.

Los dos tienen defectos, pasiones y errores ¿Quién no los tiene…?
¡Cuantos matrimonios tienen los mismos defectos que ellos y aún más y
sin embargo viven felices y en paz!. Tienen que adaptarse el uno al otro en
un esfuerzo contínuo remando en la misma dirección, si cada uno rema en
sentido contrario, la barca no navega, se desconyunta y se hunde. Quién
no esté dispuesto a adaptarse al otro es mejor que no se case. Puestos a no
ayudarse el uno al otro y en un contínuo choque de opiniones, deseos,
planes y gustos el matrimonio se convierte en un infierno. Cualquier

choque o discordia inevitable se puede convertir siempre en armonía
maravillosa. Quizás uno y otro tengan que corregirse en algo pero no
somos automáticos —se necesita tiempo—, también la paciencia sin
discusión es una norma suprema del amor. Hay que saber esperar que
el cónyuge logre superar los defectos. Excitarse y enfadarse no servirá
de nada más que para multiplicar los roces y los choques. El tiempo
destruye siempre lo que se hace sin él. Sobra decir que dentro del
matrimonio jamás deben existir palabras agrias, insultos, ultrajes y
asperezas. Al matrimonio le pasa como al agua cuando se enturbia ya no se
ve nada en ella, hay que dejarla reposar para que recobre su claridad.

El matrimonio requiere también comprensión y perdón recíproco,
es malo perdonar demasiado, pero también es peligroso no perdonar
lo suficiente. Vale también aquí aquello del evangelio perdonar
hasta 70 veces siete y repetir, es decir, siempre. cuando hay que
reprender siempre a solas y nunca en público y sin reproches duros
y reacciones violentas. La “taciturnidad”, la terquedad, el mal humor
actúan en el matrimonio como un cáncer. Es peligroso que el marido
se atrinchere tras el periódico y la televisión, la taberna o la calle.
El marido cansado del trabajo y la mujer cansada también del trabajo
necesitan hablar y desahogar, hay maridos que no hablan con su mujer
solo gritan y mandan. En cualquier matrimonio naturalmente aunque
reine el verdadero y auténtico amor conyugal siempre habrá lugar
para el sacrificio y el disgusto, pero al final siempre sale el sol después
que pasan los nubarrones.

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