Minueto de la paratita nº 1 de Bach
LA CASTIDAD, UNA AFIRMACION GOZOSA
“No adulterarás” manifiesta el dominio del Señor sobre la propagación y desarrollo de la familia humana.
Con este precepto Dios protege al amor humano y señala el caminorecto,trazando al mismo tiempo un cauce al instinto.
La virtud de la castidad consiste esencialmente en la ordenación del
instinto sexual al fin que dios le ha señalado: La procreación.
La virtud de la templanza refrena, modera, dirige los movimientos
y placeres sensibles propios del gusto y del tacto y de la generación.
Tanto la virtud de la castidad y de la templanza se aprecian, valoran
y respetan… descubre la responsabilidad del cuerpo en la generación
de la humanidad.
Vivir la castidad es una afirmación gozosa —es corona triunfal— en
la participación grandísima y delicada del poder de Dios. Nunca ha
sido la castidad, la limpieza, la pureza algo negativo o de desprecio o
de renuncia, como no lo son las renuncias y cuidados del atleta ante
las exigencias y la responsabilidad de la Olimpiada.
La castidad es hermosura que atrae, es verdad y produce gozo…, pero
por haber “colocado la mentira en el lugar de la verdad, los entregó el Señor
a pasiones infames, pues sus mismas mujeres invirtieron el uso natural en
el que es contrario a la naturaleza. Del mismo modo también los varones,
desecharon el uso natural de la hembra, se abrazaron en amores brutales
unos con otros cometiendo torpezas nefandas, varones con varones, quedando
atestados de toda suerte de iniquidad, de malicia y fornicación”.
Estos errores y horrores traen como consecuencia la corrupción
de las costumbres de la sociedad, según el dicho… “La lujuria oscurece
la verdad y la razón”.